El nuevo Diplomado en Educación ambiental comunitaria, liderazgo y territorio surge como una respuesta concreta a la necesidad de fortalecer las capacidades ciudadanas para enfrentar los desafíos socioambientales del país. Valeria Fuentealba, jefa de programa, profundizó en el origen, el propósito y las proyecciones de esta iniciativa formativa e Ivette Bilbao, alumna del programa, nos comenta su experiencia en este diplomado.
Democratizar la educación ambiental y conectar saberes
Según Valeria Fuentealba, el diplomado parte de la urgencia de abrir y democratizar espacios de formación ambiental. “Este diplomado nace del deseo de democratizar el acceso a la educación ambiental y poner en valor los múltiples saberes que ya existen en nuestros territorios”, afirma la docente.
Agrega que, aunque existen numerosas iniciativas comunitarias con foco ambiental, estas suelen desarrollarse de manera aislada. “Muchas personas y comunidades están llevando a cabo iniciativas ambientales muy significativas, pero suelen ocurrir de forma dispersa, silenciosa o sin los espacios necesarios para conectarse entre sí”, señala la jefa del diplomado.
Por ello, el programa busca articular estas experiencias y proyectarlas colectivamente. La profesional explica que “buscamos generar una plataforma donde el diálogo, los aprendizajes y las prácticas ambientales, a veces invisibilizadas, puedan encontrarse, sistematizarse y potenciar su impacto”.
Formar agentes de cambio desde y para sus territorios
El diplomado aspira a formar líderes comunitarios capaces de impulsar transformaciones reales en sus entornos. “Nuestro propósito es formar agentes de cambio capaces de analizar críticamente los desafíos socioambientales y de proponer soluciones contextualizadas a cada realidad local”, indica Valeria Fuentealba.
El enfoque del programa va más allá de transmitir conocimientos y se orienta a fortalecer la acción colectiva. La académica menciona que “no buscamos solo transmitir conocimientos, sino fortalecer capacidades ciudadanas para actuar, dialogar, organizarse y emprender acciones de transformación ambiental. Formamos líderes con sentido comunitario, preparados para actuar desde lo local con una mirada ambiental integral e inclusiva”.
Enfrentar la triple crisis ambiental desde lo local
La presentación del diplomado reconoce que vivimos una triple crisis ambiental: pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación. Ante este escenario, la formación ciudadana es clave.
“La crisis ambiental global requiere respuestas locales y eso es justamente lo que potencia este diplomado. Fomentamos una ciudadanía ambiental crítica, participativa y comprometida, capaz de movilizar procesos colectivos, facilitar el diálogo de saberes y construir soluciones sostenibles junto a sus comunidades”, enfatiza la jefa de programa.
Además, agrega que “el liderazgo que promovemos no es individualista, sino colaborativo e inclusivo, orientado a transformar los territorios desde la participación y el trabajo en red”.
Proyectos locales que aspiran a convertirse en políticas comunales
Uno de los sellos del programa es que los participantes desarrollan proyectos aplicados a necesidades reales de sus comunidades.
En esta primera versión, comenta Valeria Fuentealba, han surgido propuestas diversas y con un gran potencial transformador:
- Mejoramiento de espacios públicos abiertos.
- Estrategias para minimizar microbasurales en zonas urbanas.
- Programas de hábitos sustentables con mujeres privadas de libertad.
- Acceso a la naturaleza como cuidado de la salud mental en barrios vulnerables.
“Cada proyecto nace desde la comunidad y se piensa para ser implementado en ella”, señala la docente.
En cuanto al impacto social, explica que puede observarse en la participación ciudadana, los cambios de hábitos y la apropiación del territorio. La académica expresa que “nuestro propósito es que estos proyectos no se queden en el papel, sino que se conviertan en acciones concretas e incluso en políticas comunales en el mediano plazo”.
La experiencia de una alumna
Ivette Bilbao Matamala, profesora de Lenguaje y Comunicación y jefa de Unidad Técnica Pedagógica (UTP) del Colegio Alonso de Ercilla en Valdivia, destaca que el diplomado le permitió desarrollar un proyecto profundamente anclado en el territorio.
“El proyecto de finalización del diplomado me ha permitido poner en práctica gran parte de lo aprendido, especialmente en torno a la comprensión del territorio y del sentido de pertenencia que las personas desarrollamos a partir de nuestras emociones, experiencias y vivencias en él”, explica la alumna.
Este proyecto involucra a estudiantes y familias en un mapeo emocional del sector histórico de Barrios Bajos. “A partir de este diagnóstico podremos identificar nudos críticos del entorno y proponer intervenciones que contribuyan a mejorar los espacios, incorporando la colaboración de redes comunitarias que comprendan la relevancia del territorio en la educación socioambiental de sus habitantes”, detalla Ivette Bilbao.
Primeros impactos en la comunidad educativa
Aunque los cambios más profundos aún están en desarrollo, Ia estudiante señala que “los contenidos y habilidades adquiridos ya han comenzado a incorporarse en conversaciones y reflexiones pedagógicas con los docentes, lo que permitirá que estas ideas se trasladen progresivamente al aula y tengan un efecto real en la comunidad educativa”.
Una nueva manera de habitar el territorio y de vincularse con la comunidad
Ivette Bilbao asegura que el programa transformó su manera de observar y relacionarse con el ambiente porque “hoy soy una persona más atenta al entorno y más consciente del valor de construir y sostener comunidad”.
El Diplomado en Educación ambiental comunitaria, liderazgo y territorio, dice, reforzó la importancia de promover formas más respetuosas de convivencia socioambiental y “reafirmó mi convicción de que el trabajo en redes es fundamental para avanzar en educación ambiental y colaboración”.
Incluso ha modificado su forma de evaluar decisiones públicas, al mencionar que “soy más crítica respecto de las decisiones tomadas por autoridades locales y nacionales, pues considero que quienes ejercen funciones de liderazgo deberían fundamentar sus decisiones en información, conocimiento y criterios que favorezcan una planificación territorial más inteligente y sostenible”.
Nuevas redes y colaboraciones en construcción
Si bien aún no se concretan iniciativas comunitarias derivadas del diplomado, Ivette Bilbao comenta que ya existen conversaciones en marcha y “estamos planificando promover un trabajo colaborativo con el entorno inmediato de nuestro colegio, con miras a desarrollar acciones comunitarias en el corto plazo”.
Un diplomado que amplía horizontes
Ivette Bilbao expresa que el principal beneficio que ha logrado con el diplomado “ha sido la posibilidad de aprender y ampliar mis conocimientos, algo que considero una de mis mayores motivaciones”. Agrega que este programa le permitió abordar temas necesarios para su rol institucional, “especialmente porque mi establecimiento obtuvo recientemente la certificación medioambiental gracias a un trabajo colaborativo en el que no pude participar por mis otras responsabilidades”.
El diplomado, dice, vino a llenar un vacío profesional importante, el cual “respondió a un ‘dolor profesional’: la tendencia a permanecer en nuestra zona de confort, limitándonos a lo que ya dominamos. Este diplomado me permitió incorporar saberes de otras disciplinas, comprender mejor los procesos socioambientales y ampliar la mirada desde la cual acompaño y gestiono el trabajo pedagógico”.
Hoy se siente con una mirada más integral de los procesos socioambientales y de la gestión pedagógica.
Recomendaciones para futuros estudiantes
Ivette Bilbao recomienda este programa, especialmente “a quienes deseen convertirse en agentes activos de cambio entre las personas y el medio ambiente, promoviendo iniciativas que contribuyan a su cuidado y preservación. Además, considero que es una herramienta valiosa para quienes asumen el compromiso de educar a las nuevas generaciones en su rol como actores responsables y transformadores de su entorno”.
Una invitación abierta a quienes quieran transformar sus territorios
Valeria Fuentealba, jefa del programa, hace un llamado a todas las personas interesadas en aportar a la sostenibilidad desde lo local, porque el “participar de este diplomado es incorporarte a una comunidad de aprendizaje donde tus ideas y experiencias tienen valor”.
Recalca la importancia del rol educativo en el contexto nacional actual, al declarar que “creemos firmemente que hoy la educación ambiental es más necesaria que nunca. El nuevo contexto nacional, incluido el ajuste curricular, exige enfoques educativos que conecten al estudiantado con sus territorios”.
Finalmente, extiende una invitación a sumarse a la próxima edición del Diplomado en Educación ambiental comunitaria, liderazgo y territorio, la cual “comienza en julio de 2026, y será una gran oportunidad para seguir construyendo, juntos, un país más sustentable y consciente de su entorno”.
Si estás interesado en profundizar más sobre esta materia, te invitamos a conocer el Diplomado en Educación ambiental comunitaria, liderazgo y territorio que tiene Educación Continua UC para ti.