Luz Montero, directora de Educación Continua UC, publicó una columna de opinión en el vespertino La Segunda, acerca de esta nueva tendencia en la formación para el mundo laboral.
A continuación el texto completo:
“La pandemia y el acelerado progreso tecnológico están impulsando un nuevo modelo de enseñanza. Se trata de las microcredenciales (o credenciales alternativas): son como “mini títulos” o certificados que se obtienen tras experiencias de aprendizaje breve. La ventaja es que esos cursos cortos brindan una formación personalizada y flexible para ayudar a las personas a adquirir conocimientos, competencias y capacidades que requieren para su adecuado desarrollo personal y profesional. Esta modalidad —que podría incluir desde idiomas en áreas específicas, marketing y liderazgo hasta aplicaciones digitales, ciberseguridad o inteligencia artificial (IA), entre otras— no solo es muy útil para el empleado sino también para la empresa.
Esta suerte de “educación adaptativa” para estos vertiginosos e inciertos nuevos tiempos puede contribuir a crear, como sugiere la Unesco, “un ecosistema de aprendizaje de múltiples factores”. En este se coordinarían una amplia gama de actores como las universidades, centros de formación técnico profesional, colegios, profesores, agencias de acreditación, plataformas e incluso las redes sociales y los empleadores.
Estos últimos juegan un rol clave pues proporcionan la información sobre las necesidades de la empresa: cuál es la mano de obra demandada, los requerimientos de nuevos procesos productivos, las últimas características requeridas para el management del futuro o la tecnología de vanguardia en sectores como la construcción, la minería, el forestal o la logística.
Este ha sido uno de los principales temas analizados en los encuentros académicos internacionales de este año, tales como el UPCEA Conference (University Professional Continuing Education Association) en Washington DC o el Coursera Conference en California, entre otros.
Uno de los elementos a destacar es que estas certificaciones también podrían validar una competencia ya adquirida, independientemente del método usado para ello (aprendizaje práctico, formación tradicional o no tradicional, autoaprendizaje, etc.), como ya se realiza desde hace muchos años en el ámbito del aprendizaje de idiomas, pero llevado a cientos de otras competencias.
También se está utilizando este “prior learning” en muchos postgrados donde —si no cuentan con el respectivo grado académico— se debe demostrar que la persona posee el conocimiento y las habilidades para acceder (performance based admision). Estas llevan créditos que se pueden ir apilando (stackability), de esta forma se va aprendiendo de a poco, con menor costo y riesgo, de manera flexible. En este sentido, ya hay trabajos conjuntos, por ejemplo, entre la Agencia de Educación y Emprendimiento de Estados Unidos, su par de India y otros países.
Según el estudio norteamericano, Closing the Skills Gap 2023: Employer Perspectives on Educating the Post-Pandemic Workforce report, de Wiley Univeristy Services, las empresas han aumentado su aceptación a este sistema (que de paso aumenta la empleabilidad). Mientras en 2018 sólo un 20% aceptaba este tipo de formación como parte del currículum, hoy un 54% de los empleadores considera las micro credenciales como algo “importante o muy importante”. Además, muchas compañías tecnológicas han comenzado sus propias “academias” (Google, IBM, Salesforce, etc.) las que hacen alianzas con universidades para unir la excelencia pedagógica con lo técnico y generar certificados de mayor valor y reconocimiento.
Estas transformaciones nos llevan a ver la educación como una experiencia circular, donde todo se transforma y se conecta al alero de una formación continua para toda la vida (lifelong learning). Atrás quedó la época donde el ciclo estudio-trabajo-circulación parecía escrito en piedra. Ahora, todo cambia, pero lo importante es la forma y el contenido que enseñamos y aprendemos”.